El Marxismo y la nueva “religión del entretenimiento”


En el contexto del aniversario luctuoso de Karl Marx, es muy difícil resumir en tan solo un artículo tanto de lo que ha sido a lo largo de los siglos el pensamiento marxista su contexto social. Marx, filósofo, economista y pensador político, escribió ideas y teorías que han influido profundamente en la historia política, económica y social del mundo moderno. Marx es conocido por su crítica al capitalismo y la defensa del socialismo y el comunismo, y sus obras fundamentales como "El Manifiesto Comunista" y "El Capital" son consideradas como pilares del pensamiento marxista.

La filosofía de Marx sigue siendo relevante en la sociedad actual, especialmente en relación con la lucha de clases, la crítica al capitalismo y la importancia del cambio social. Pero me detengo en un tema muy relevante para todo pensamiento del marxismo: La Religión.

Para Marx, la religión era una forma de opresión y una herramienta que la clase dominante utilizaba para mantener a los trabajadores subyugados y conformes. Según Marx, la religión era una forma de consuelo para las personas que sufrían en la vida, y se utilizaba para justificar la opresión y la explotación de los trabajadores. Marx argumentó que la religión era un obstáculo para la liberación de los trabajadores, ya que desviaba su atención de los problemas reales de la sociedad y los hacía conformarse con su sufrimiento. En este sentido, Marx creía que la religión era una forma de alienación que impedía la creación de una sociedad justa y equitativa.

En las últimas décadas, la religión ha perdido espacio en muchos países y en diferentes niveles de la sociedad. Esto se debe a varios factores, como la secularización y el aumento de la educación, la ciencia y la tecnología. Pero hay un factor muy importante que ahora es usado por los opresores: El surgimiento de nuevas formas de entretenimiento, como las redes sociales y el entretenimiento masivo.

Esta nueva “religión del entretenimiento” ha ocupado el lugar que antes tenía la religión “tradicional”, por así decirlo, en la vida de las personas. La búsqueda de la felicidad y el bienestar se han desplazado hacia otras áreas de la vida, y la religión ya no es vista como la única forma de encontrar el sentido y la felicidad en la vida.

El entretenimiento y las redes sociales se han convertido en una forma de control social, manteniendo a las personas distraídas y alejadas de los problemas más importantes de la sociedad. Además, estas herramientas pueden ser utilizadas para fomentar el consumismo y la cultura del individualismo, haciéndonos creer que nuestra felicidad depende de la adquisición de bienes materiales y del número de seguidores que tengamos en las redes sociales.

Si bien el papel de la religión ha cambiado, el papel del entretenimiento y las redes sociales en la sociedad actual es igualmente importante, y es necesario analizar críticamente su impacto en nuestra vida y en la sociedad en general.

Seamos críticos, las redes sociales, en particular, se han convertido en una herramienta importante para la manipulación de la opinión pública y la creación de burbujas informativas, donde las personas solo ven información que confirma sus prejuicios y puntos de vista. Esto ha llevado a una polarización más radical de la sociedad y a una disminución de la empatía y la comprensión hacia los demás. Asimismo, el entretenimiento masivo, en forma de televisión, cine y videojuegos, también puede perpetuar estereotipos y valores poco saludables, y puede influir en la forma en que las personas piensan y actúan.

Al igual que la religión en el pasado, los medios de comunicación tienen la capacidad de influir en las creencias, valores y comportamientos de las personas, y pueden ser utilizados para distraer y manipular a las masas.

Para Marx, la religión era una forma de alienación que impedía a los individuos tomar conciencia de su situación real en la sociedad, cosa que se ha sustituido, primero por los medios masivos el siglo pasado y actualmente con las redes sociales. También afirmaba que la religión tenía un efecto narcótico en las personas, haciéndolas sentir consoladas en su sufrimiento y haciéndolas resignarse a su destino en la sociedad.  Y así lo vemos actualmente donde telenovelas y películas nos identifican y normalizan tragedias, comportamientos y estereotipos.

Las redes sociales, si bien han revolucionado la forma en que nos comunicamos y compartimos información, también han sido manipuladas a través de los algoritmos para mantenernos siempre conectados y muchas personas, especialmente los jóvenes, parecen estar más interesadas en ganar seguidores, obtener "likes" en Instagram y publicar videos en TikTok que en involucrarse en la política o abordar problemas sociales importantes. Esto puede llevar a una sociedad desvinculada y apática y por otro lado, la constante búsqueda de la validación en línea puede tener efectos negativos en la autoestima y el bienestar mental de los usuarios.

El presidente Andrés Manuel López Obrador incluso mencionó: Benditas redes sociales; pues también con ellas se ha podido romper un cerco informativo, sin embargo, están inundadas de intereses particulares y de gente que realmente “entiende” el algoritmo, con la consecuencia de mantener enganchados en temas más triviales a la sociedad.

Sin duda las bondades también son, por otro lado, el caldo de cultivo para mantener cautivas a las personas a través de los novedosos métodos, que, como en la religión de Marx, ahora distraen a las sociedades en temas triviales, que pasa desapercibida la aún existente lucha de clases y opresión hacia el proletariado.